DESARRAIGADO

DESARRAIGADO: Dícese de una persona que ha perdido los vínculos afectivos o culturales con su país, familia... Sujeto que vive al margen del medio en que se mueve sin lazos que le unan a él…

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viernes, 4 de junio de 2010

DESARRAIGADO




-¡Las fuerzas de seguridad del estado desarticulan una peligrosa banda de motoristas,
dedicados a la extorsión, trafico de drogas y trata de blancas. Al parecer una joven
adolescente que había sido secuestrada por dicha banda, y que misteriosamente fue
ayudada a escapar por un miembro de la misma; puso tras la pista a la policía. El
despliegue policial sin precedentes se ha saldo con veinte detenidos, y varios policías
heridos. Curiosamente en el interior del recinto se hallaba muerto el jefe de la
organización en extrañas circunstancias. El juez ha decretado el secreto del
sumario!...


-¡El secretario general y nuevo candidato a la presidencia del país, visita un colegio de
niños discapacitados!...¡Esta mañana el joven político de proyección meteórica, al que
todas las encuestas sitúan como futuro presidente del país!.¡Ha visitado el centro de
discapacitados de la ciudad!,¡En su apretada agenda ha compartido el desayuno y los
juegos con los pequeños y mayores de dicho centro!¡ Al salir se ha dirigido a los medios
para hacer un llamamiento a todos los ciudadanos, pidiéndoles su voto para fomentar
las obras sociales de esta índole, y para sacar al país de los malos tiempos que corren!:


-¡Ningún niño sin educación!¡Ninguna familia con el fantasma del paro llamando a
Su puerta! ¡Ningún político corrupto !¡Ningún jubilado sin calidad vida!.¡Ninguna
persona sin techo! ¡Aunque me valla la vida en ello!...¡Dadme vuestro voto! ¡Y
tendréis vuestro futuro!....


Sentado a cierta distancia de la mesa de su despacho, debido a que su inmensa barriga le impedía acercarse, hacía pasar a su ilustre visitante mientras apagaba el televisor.


-¡Enhorabuena SR. Candidato!¿O debo de decir Sr. Presidente!
-¡Todo a su debido tiempo querido amigo!.

-¡Acabo de verte por televisión! –le comentaba mientra servía dos copa
de ese caro coñac francés que tanto le gustaba a ambos-

-¡Entonces también habrás oído la noticia de tu protegido! –comentaba el otro
con gesto de preocupación!.

-¡No hay por que alarmarse!¡Tenía pensado quitarlo de en medio!
¡Pero se ve que algún gilipollas de su banda se me ha adelantado y
Me ha hecho el trabajo gratis!.¡Lo tengo todo bajo control!.

-¡Bueno, bueno!,¿Creo que tienes algo para mi! –preguntó el candidato!.

-Tengo dos jovencitos recién desembarcados que te van a volver loca!.-comentaba el
gordo - mientras cogía una abultado sobre que le tendía el político-.

-¡Joder hay mucha pasta aquí! –mientras calibraba su peso!.

-¡Que más da! ¡La ocasión merece la pena!¡Y a demás es dinero de mis votantes!¡así
que al fin y al cabo es dinero tuyo!....


-¡Si, si! ¡Maricona cocainómana!¡Tu tienes mi voto y yo tus güevos en mis manos! –decía
para si mientras el político se alejaba a disfrutar de sus placeres, y el ponía la pasta en la
caja fuerte junto a cierto material que comprometía seriamente al candidato-.






Había recorrido los senderos del señor, aquellos que eran infinitos. Y ahora sus hermanos le buscaban para clavarle en la cruz. Había luchado en el campo de batalla, y más de un hermano murió entre sus manos dejándose la vida en las trincheras. Ahora los mismos por los que había luchado le perseguían para pasarlo por un pelotón de fusilamiento. Había cabalgado con La Hermandad de la Carretera, incluso llegó con ellos hasta la mismísima puerta del infierno; y ahora era perseguido por ellos.
Cientos miles de vidas había vivido y en todos los sitios, en todos los lugares se cansó del mismo discurso. Era capaz de repetirlo hasta la saciedad y estaba convencido que perteneciese a lo que fuera, los mismos ideales unían y separaba a cada hombre. Unos ponía dios, otros ponían patria y otros la carretera. Los mismos errores, las mismas injusticias, los mismos crímenes; y todos y cada uno de ellos en nombre de la libertad, el honor, el respeto, la paz.... Ahora solo quería rodar libre, rodar solo.


Recordó la conversación con aquel vagabundo debajo del puente, mientras compartían un cartón de vino y un cigarrillo, y la lluvia intensa golpeada por los rayos dibujaba dos siluetas encogidas junto a su compañera de dos ruedas…

- ¿Sabes? –Contaba el mendigo- Antes me vestía solo con mi alma, podía sentir la hierba crecer bajo mi desnudo cuerpo. Inundarme de su olor lenta y profundamente mientras el mundo dejaba de dar vueltas, y la luz lo llenaba todo. Era por entonces cuando no tenía pasado, podía respirar la paz y tocar las entrañas de la tierra. No escuchaba las voces que me atormentaban y juro por todo que podía ser yo mismo. Pero un buen día mi cara comenzó a mojarse y la humedad enfrió la llama que ardía en mi pecho. Comprobé que otra vez tenía ojos y al abrirlos mi cuerpo no estaba desnudo, sino envuelto en andrajos. La hierba solo era frío y duro hormigón; y lo que al principio fueron gotas de rocío mañanero se convirtió en el camión de los servicios de limpieza. Los chorros a presión no entienden de bultos grises acurrucados en las esquinas durante las frías noches. Otra vez había despertado y esa era mi amarga condena ¡DESPERTAR!



Estaba seguro de que era el mismo mendigo que vivía en la escalinata del Centro Cultural en su época de joven brillante en la que toda la fauna de políticos, poetas, banqueros, religiosos y caballeros bienpensantes, debatían entre cafés, copa y puro por los destinos del hombre. Recordaba el día concreto en que el tema era LA FELICIDAD…

- La felicidad está en el poder –decía el político- En la mayoría absoluta, en dirigir el mundo desde tu sillón sin que nadie pueda ponerse en tu contra..
- NO! –decía el poeta- en crear el verso mas hermoso jamás escrito y que tus letras queden gravadas en el tiempo por siempre.
- La felicidad esta en el campo de batalla, en la derrota de tu enemigo. En el desfile del triunfo. –decía el general con su pecho lleno de medallas.
- La felicidad esta en Dios, en ver su rostro sonriente, en una iglesia llena de feligreses. En la expiación de los pecados. – agregaba el religioso…


… Y así pasaban los días desgranando sus ideas, atiborrándose hasta la saciedad de sus entupidos pensamientos. La felicidad se decía así mismo, seguramente habría distintas felicidades dependiendo de la persona y el momento de su vida en que se encontrara. Al salir de allí vió al mendigo preparando sus cartones para pasar la noche:

- ¿Qué es la felicidad? –pregunto el joven brillante que todas las universidades se rifaban para dar conferencias-.
- ¡La felicidad es dormir placidamente, tener hermosos sueños y sobre todo nunca despertar!.
-
Sin duda alguna era el:

- ¿Sabes? – Volvió a decir el mendigo mientras apuraba el cartón de vino y otro rayo volvía a dibujarles en las sombras-. ¡No siempre he vivido aquí, en otro tiempo vivía en la escalinata de una gran ciudad!.¡Pero tuve que marcharme porque siempre me arrancaban en lo mejor de los sueños!¡Por aquí apenas pasa nadie y me siento en paz!..- y cayó profundamente dormido-.
-


La tormenta dio paso a la calma, al igual que la noche a la mañana. Era hora de partir y poner asfalto de por medio.

Curiosa ruleta de la fortuna, huyendo de si mismo había vuelto atrás en el tiempo. Arranco su maquina y puso rumbo al nuevo día. Apenas tenía unas monedas en los bolsillos, tal vez para un café y unos cuantos litros de gasolina… putos fenicios y maldita la hora en que les
dieron por acuñarlas. El daño que ese metal podrido ha traído al hombre ha sido irreparable. Indudablemente el mundo no estaba hecho a su medida, y no se sentía atado a el. Estupidos políticos, estupidos militares, banqueros, empresarios, estupidas leyes… incluso los nombres de de las estupidas ciudades. Si estuviese en su mano lo primero que haría seria abolir el dinero y cambiar el nombre a las ciudades… Bobberland, Customtwon…

Así, inmerso en sus estupidos pensamientos iba devorando los kilómetros. Como de costumbre iba por el camino más revirado, huyendo de las autovías, Si algún control le salía al encuentro, siempre podía dar la vuelta sin necesidad de saltar la mediana. O meterse campo a través si la situación lo requiriese. Huía de las áreas de servicios repletas de familias chillonas enlatadas en sus monovolúmenes y de casas adosadas, que se acercaban peligrosamente a su forma de rodar.

Comenzaba a hacer frío, las primeras manchas blancas se dibujaban en la cuneta, a medida que iba subiendo, en algunas ramas. Los picos más altos ya estaban cubiertos, sin duda alguna el paisaje iba cambiando y el Norte debía de estar cerca. Decían que allí podría empezar una vida nueva, incluso tener un nuevo nombre. ¿Por qué motivo necesitaba un nombre nuevo, si apenas recordaba el que le había acompañado durante toda la vida?. Llevaba varios días sin comer y lo único caliente que había en su cuerpo era sonido del escape, y aquel cartón de vino. La carretera cambió de color y se confundía con el blanco nevado, pronto llegaría la noche así que paro junto a una curva y se adentró a hacia lo que parecía una blanca pista forestal para no ser visto. Buscó en el interior de sus alforjas algo que llevarse a la boca, pero solo encontró tabaco de liar. Se tumbó junto al calor de su moto y encendió un cigarrillo. En el contraste de su negra presencia sobre el blanco manto, se sintió una mosca diminuta y cojonera en mitad de un inmenso tazón de leche. Y quizás eso es lo que fuera en mitad de este jodido mundo. Allí se puso a temblar hasta perder la conciencia…







Apresúrate María que pronto caerá la noche y la cabaña no esta cerca. El chirriar de su carretilla le acompañaba en el silencio. Desde que murió su marido alguien tenía que traer la leña. Eran muchas las obligaciones a las que se debía, atender a los animales, cuidar de su pequeño invernadero que le servía de sustento, mantener la casa caliente y al menos una vez por semana bajar al pueblo. La carretilla se frenó en seco y era extraño por que esta vez no llevaba tanto peso. Delante de si una negra figura tumbada en el suelo le impedía el paso.

- ¡Hijo mío que camino te trajo hasta aquí! –se agachó y toco su frente- ¡pero si estas ardiendo en mitad de este frío.¡vamos pon de tu parte que sola no puedo subirte al carro!.-aparto unos troncos y le hizo un hueco- ¡En casa estarás bien junto al fuego!.

La felicidad esta en las migas con chorizo, en un caldo caliente y buen vaso de vino. En el crepitar de las llamas, en la bocanada del humo de un cigarrillo mientras observaba a la afable María tejer su manta de lana. Al igual que Penélope tejía sus sueños, María se había detenido en el tiempo. Le hablaba de su marido, de los tiempos de la guerra, y siempre le reprochaba que era muy joven para saber de guerras. ¿Joven? ¿Acaso no tenía en sus huesos
mas de mil años?. Ahhhhhh María si yo te contara lo que vi en la guerra… en un país lejano, muy lejano… compañeros muertos en mis manos, hombres asesinados por tan solo clavar una absurda bandera en mitad de una colina. Y lo mas curioso de todo que no se consideraba ni crimen ni pegado, solo por haber firmado en un papel a cambio de unas cuantas monedas por el bando equivocado. Así los hombres podían jugar a ser generales, manejando a sus soldaditos de plomo desde la mesa de su despacho tras una copa de coñac. Así los hombres podían lucir su medallas de cartón, al menos una vez al año. Si María, si que podría hablarte de la guerra, pero prefiero arreglar tu tejado, aviar a los animales y en las frías noches sentarme junto al fuego. Tumbarme en mi mullida cama y entregarme a los sueños sin que nadie me arranque de ellos.
Aquella mañana María aun seguía junto al fuego, pero las llamas solo eran un rojizo rescoldo. La manta yacía terminada en su regazo y una leve sonrisa se dibujaba en sus labios muertos. Otra vez la carretera le llamaba, con toda la delicadeza de que era capaz dobló la manta y la amarró a su moto. Llenó las alforjas de carne curada y pan de pueblo, de vino casero. Vació el jarrón donde María guardaba el dinero y se sintió como un buitre alimentándose de carroña, como un perro vivo comiéndose a un perro muerto...¿Y no siempre había sido así?¿No todos vivimos de los muertos?. Se acercó a María y la beso en la frente como un hijo besa a su madre antes de partir para nunca verse…

Nunca supo el tiempo que estuvo allí. Ahora tenía las alforjas llenas y algo de dinero, y sobre todo para las noches de frío tenía la manta que le había hecho la mismísima tejedora de sueños.







¡BIENVENIDOS BIKER!.
Unos conocidos acordes de guitarra sonaban por el recinto. Las maquinas varadas lucían por todos lados. Las había limpias e impolutas de relucientes cromados, sucias y grasientas con los asientos gastados. Modernas y antiguas, futurista y clásicas, de uno, de dos, de cuatro cilindros, ruidosas, silenciosas y mucho cuero negro. Chicas preciosas, pijos disfrazados. Olía a cerveza y encuentro, a chupito de tequila y charla junto al fuego. A chistorra y paella, a bailes y juegos, a desfile de antorchas y recuerdo de los compañeros muertos. ¡Y que cojones bien se merecía recordad viejos tiempos!. Se entregó en cuerpo y alma al acontecimiento. No recordaba un ambiente así desde hacía siglos. Flipó con el rock & Roll, con las atrevidas niñas del escenario, con los pardillos borrachos. Joder no lo podía creer casi parecía humano en mitad de la noche, incluso reía y bailaba. Al dirigirse a la barra para sacar una copa vio unos cuantos chalecos parcheados, y toda la magia de los buenos tiempos se esfumaron en el aire. Bajo ninguna circunstancia debía cruzarse con ellos, y todo por no cumplir un absurdo juramento. Tan solo por descubrir que las promesas estaban hechas para no cumplirlas, la normas para no acatarlas y las palabras para que se las llevara el viento. ¿Por qué debía pertenece a una manada?. Otra vez el mismo discurso en distinto lugar, patria, dios y bandera y ahora los colores de la hermandad de la carretera. No quería pertenecer a nada, ni siquiera a si mismo. Solo disfrutar de los buenos momentos, sin que encadenasen sus manos, sin que anulasen sus sentimientos…

… Recordó aquel día infinidad de veces maldito:

… Iba rodando en solitario y en dirección opuesta a el un biker empujaba su rígido. Si pensarlo demasiado dio la vuelta y fue a su encuentro:

-¿Qué te pasa tienes algún problema?.
- ¡Acabo de saltarme un control!¡Y la muy hija de puta se ha parado!.
- ¡Pues parece que se te ha ido la junta del cilindro trasero!.
- ¡Pues estoy jodido!¡en menos que se presina un cura loco estos
cabrones estarán aquí!.

Si más que decir tumbaron la maquina en una hondonada que había en la cuneta y la cubrieron con ramas. Montó al individuo sobre el guardabarros trasero de su bobber y se alejaron de allí. Curvas, alguna que otra pista forestal y caminos de cabras hasta llegar a los dominios de la Hermandad de la Carretera.

Le acogieron como a un hermano y a pesar de tener que soportar los excesos de sus miembros, sobre todo cuando se pasaban con la cocaína, compartió con ellos un trozo de su vida.



Un par de “Hermanos” al cabo de unos días trajeron el rígido en una furgoneta. Se dedicó a beber cerveza y reparar al líder de la hermandad su amado hierro. Al acabarlo, quedó satisfecho con el trabajo y el saber hacer de aquel que le había sacado del aprieto. Así que una noche le llamo a su cueva, como le gustaba llamar a su rincón de retiro:

-¡Te has ganado mi respeto y el de todos! ¡ Y aquí tienes tu
recompensa! –le dijo mientras le soltaba un sobre con pasta
y un parche con la insignia que todos llevaban en la
espalda-.
¡Joder otra vez la llamada de la manada!.¡No quiero pertenecer a nada!. Se dijo a sí mismo, y le dejo hablar a ver si en sus propias palabras podía encontrar algún modo de alejarse de allí para siempre.

-¡Que ves! – le preguntó mientras le mostraba una foto-.

-¡Un gordo cabron! –contestó el-

-¡Ja, ja!¡Eso es precisamente lo que es!¡Este gordo cabron es un pez
Gordo!¡tengo negocios con el ¿sabes?!¡Y dentro de poco tendremos
El poder! abriremos capítulos por todo el país!¡y se acabará el
Tener que andar huyendo de los controles!¡Por que seremos
Nosotros quienes tengamos el control en nuestro manos!.


-¡Acompáñame al agujero, quiero enseñarte algo!.

Abrió una pequeña puerta perfectamente camuflada en la pared y bajaron unos escalones, podían oírse unos sollozos. Arrinconada, sentada en el suelo una famélica adolescente temblaba de horror.

-¡¿Sabes que esto?! ¡El poder!-decía con los ojos encendidos-¡Me
dedico a subministrar carne fresca para gente importante al
gordo cabron que viste en la foto!¡Tengo grandes planes para
el futuro, y esos planes te incluyen a ti!.

-¡¿Y vas a conseguirlo vendiendo niños!? –comenzó a gritarle
Mientras su sangre a punto de ebullición trataba de reventar
en las venas- ¡Yo también tengo grandes planes para ti cabron!...

Se abalanzó hacia él como si en ello le fuera la vida, y con toda la ira de que era capaz, no dejó de golpearle hasta escuchar el último latido de su podrido corazón. Cogió el sobre con la pasta para cobrarse sus honorarios, y el parche lo metió en la boca ensangrentada de aquel hijo de puta. Sintió asco por pertenecer a la misma jodida raza humana de semejante individuo y se alejó de allí aun mas convencido de que jamás pertenecería a nada, ni a nadie.

Rodó durante toda la noche con la pequeña atada a su espalda para que no se cayera, rodó con rabia, rozando las estriberas en cada curva. Devoró las líneas blancas, los guardarrailes, las señales de la carretera, los baches, la gravilla suelta…todo lo que se ponía en su camino… Hasta que la ciudad se los tragó…
-¡¿Que es eso que esta al otro lado de la calle?!-preguntó a la
pequeña, mientras el primer rayo de sol asomaba en la fría
mañana-.

-¡Es una comisaría! –contestó ella, cansada pero libre al fin-

-¡Quiero que entres y cuentes lo que te ha pasado! –y se marchó
De allí poniendo rumbo a ninguna parte-…






Como el resorte de un asiento de muelles saltó de la barra hasta la zona de acampada. Su idea era la de esconderse bajo su manta y pasar la noche lo mejor posible para salir con los primeros rayos de sol.

Pero la luz de la hoguera en la que un tranquilo grupo de compañeros compartían charla y alguna que otra botella de Jacks Daniels le hizo cambiar de opinión. Entre rutas y relatos de la carretera se sentía en su elemento… Oyó hablar de toros sueltos en mitad de una curva. De agentes de la ley al parecer dotados con visión de rayos X y que no pedían a sus posibles multados que se quitaran el casco y las gafas de sol para comprobar su foto de carnet, menudos novatos, ya le hubiese gustado a el encontrarse con mas de uno para no tener que corre por los caminos por llevar menos papeles que un conejo de campo. Entre risas, chupitos y algún que otro canuto transcurría la amena velada. Esto si que era ir en moto aun estando parado.

Uno de ellos le pregunto:

-¿Y tu no tienes una historia que contarnos?.
- ¡Pues en una ocasión leí en una vieja revista la historia de un extraño,
Personaje y decía así:





… A LOMOS DE UN SUEÑO.


Érase una vez un pueblo perdido en el que vivía Pepito Barrendero. Su vida era en blanco y negro y siempre iba mirando al suelo. Le apasionaban las manchas de aceite que adornaban el asfalto, desde pequeño. ¡Cuantas veces su madre le había pegado por llegar a casa con los pantalones machados y grasientos!. Su vida era triste y solitaria y ¡Joder! Le gustaba empujar su carrito de dos ruedas, con su recogedor y su escoba para barrer la basura de su pueblo. Una extraña sensación recorría sus pensamientos al ver las manchas de aceite dibujar miles de historias en el pavimento. Era pirata y guerrero, héroe y villano, deshacedor de entuertos, podía ser lo que quisiera tan solo con mirar al suelo, por eso Pepito Barrendero nunca levantaba la cabeza para mirar al cielo.
Un día aparco su carro de dos ruedas frente a la puerta del bar y pasó a dentro, dejó en el perchero su chaqueta de barrendero, y en la barra pidió un café como a el le gustaba: solo y negro.
Un hermoso sonido se oyó en la calle fuese lo que fuese paró en la puerta del bar y el individuo pasó a dentro, se quito su chupa de cuero y la colgó junto a la chaqueta del barrendero. Se acercó a la barra y pidió un café como a el le gustaba: solo y negro. Se cruzaron las miradas, Pepito terminó su café y se dirigió hacia el perchero pero en vez de su chaqueta por error cogió la chupa de cuero.
Al salir a la calle junto a su carro vió una mancha de aceite en el suelo y encima de ella un hermoso Hierro.
Pepito arrancó la moto metió primera y se encaminó hacia la única rotonda que había en el pueblo, entonces fue cuando pisó el freno y una puta mancha de aceite hizo que diera con sus huesos en el suelo.
No podía mover su cuerpo, pero tumbado boca arriba pudo ver por primera vez el cielo.
¡Pepito ha muerto! gritaban los vecinos del pueblo, pero el dueño de la moto al acercarse pudo ver en sus labios una sonrisa y en el rostro la marca del Viento, y supo que el barrendero rodaría en el paraíso A LOMOS DE UN SUEÑO.





Aquella noche todos, incluso el, durmieron placidamente.




Aun conservaba la aguja del carburador de su primera moto, que tiempos aquellos, que manera de disfrutarla. Aunque en cierto modo la seguía disfrutando, ahora la utilizaba para prensar los cigarrillos. Cuando algo le inquietaba, paraba en la cuneta, sacaba su lata de tabaco de liar, y como si fuese un ritual se hacía un cigarrillo. Muchos les decían que eso eran cosas de antiguallas; pero lo mismo le decían de su moto y no por ello iba a cambiarla. Le salían unas veces largos y finos, otras gordos y cortos, cada uno era distinto del otro… y no esos aburridos pitillos empaquetados, todos perfectos como si fueran motoristas en serie fabricados. Eran como las curvas cada una distinta de la otra, con distinto sabor al trazarlas, y al igual que a ellas los disfrutaba con cada bocanada de humo.
Un buen día perdió su preciada aguja y no pudo prensar su cigarro, joder con la de sitios a los que le había llevado. Pensó que quizás sería una señal para dejar de fumar… o tal vez para dejar de montar en moto. Pero que cojones, también otro día perdió el casco y no por ello pensó en dejar de tener cabeza. Suerte que la encontró de nuevo reliada entre su ropa, y la señal divina se desvaneció.

Se hallaba bajo unos árboles apartado de la carretera, lanzando migas de pan a los gorriones que le rondaban. En cierto modo les envidiaba, ellos si eran libres y apenas necesitaban nada para vivir. En eso se le parecía desde que descubrió lo poco que puede llegar a necesitar un hombre para vivir. Y lo mucho que se empeña en rodearse de cosas inservibles. En cierto modo les admiraba y no a esas estupidas palomas que comen en la palma de nuestra mano cuando están en el suelo, y se cagan sobre nuestras cabezas cuando van por el aire.

Encendió un pequeño fuego y puso a calentar una lata de sopa, la acompañó con un trozo de pan y algo de embutido. Si… que poco necesitaba para vivir, tenia el viento por bandera, el suelo como cama y como techo las estrellas…



A la mañana siguiente recogió sus trastos y se puso en camino. Algún que otro conejo esperaba en cada curva a que los primeros rayos de sol comenzaran a calentar. Llegó hasta un pequeño pueblo de montaña, y en la desierta plaza paró en el único bar para tomar un café como a el le gustaba, solo y negro. Al salir de la pequeña aldea y como si un gigante imán tirase de el, se desvió hacia un camino rural en el que un trozo de cartón pintado con mala letra ponía “MOTO”,y salteando una manada de cabras con su pastor incluido, siguió las indicaciones hasta una especie de finca privada en mitad de la sierra y donde parecía haberse detenido el tiempo… Sonaba aquel viejo tema de MAMAS & PAPAS de San Francisco y flowers in yuor hair. En la barra del bar habían colgado del techo una chopper, el cuarto de baño eran cuatro inmensas banderas piratas que rodeaban cuatro árboles, unas cuantas tiendas de campañas con sus respectivas motos aparcadas al lado. Pero lo más curioso y surrealista de todo era que en una pequeña piscina un tío de pie sobre el borde en pelotas, con un sombrero de paja, una tabla de surf debajo del brazo y un porro en la boca permanecía como si fuese un vigilante de playa o de piscina en este caso. ¡Con el frío que hacía Joder! Flipados por el ambiente se dirigió hasta la barra, allí tres intrépidos motoristas hablaban con el rubio alemán de pelo largo que estaba tras la barra:


-¡Tres cervezas sin alcohol ¡ -pedía uno de ellos-.
-¡No No No!¡Aquí todo con alcohol –decía el alemán-
- ¡No joven no somos de la liga antialcohólica! -decía el segundo- ¡Nos queda un largo
Camino de vuelta a casa y la carretera esta sembrada de duendecillos verdes con
Unos extraños globos en las manos!.
-¡Sentir mucho! –decía el alemán!- ¡Aquí todo con alcohol.
- ¿tienes cubatas? –pregunto el tercero-
- ¡Si cubata si!.
- ¡Pues pon tres coca colas picha!.

…Y todos se descojonaron de la risa. Allí estrecho lazos con los tres personajes, con el colega del sombrero en pelotas que resultó ser conductor de un triket, al que tuvieron que dar ponche caliente y acostarle en la tienda con un resfriado de tres pares de cojones. Con la chica que anunció el momento de la paella. Con los chavales del grupo que aporreaban sus guitarras y como no con los juglares que alrededor del fuego al caer la fría noche, volvieron a contar historias y leyendas.
No le hubiese importado pasar allí el resto de su vida, a la luz de las llamas. .

Desde el principio de los tiempos el hombre siempre había tenido una extraña necesidad de contar leyendas, ya fueran ciertas o imaginadas. Incluso antes de existir la escritura nuestros antepasados lo hacían de boca en boca. Pero ahora en la era de las nuevas tecnologías, eran fáciles de encontrar desde casa, tan solo con hacer clic en un botón… Pero el encanto de los momentos a la luz de una hoguera, jamás podría ser sustituido por mucho que avanzaran los tiempos… Y otra vez la pegunta:

- ¿Y tu no sabes ninguna historia compañero?
- ¡Os contaré una extraña versión de la mítica leyenda de la campana, que junto con la chica de la curva, lleva siglos acompañándonos en la carretera!.¡Supongo que como toda leyenda tendrá parte de verdad y parte de ficción!... Al igual que los sueños… y tiene mucho que ver con esa extraña sensación de haber vivido o quizás soñado alguna situación mas de una vez…. Deja vu se llama y decía así…

…Cuenta la leyenda que a un viejo motorista se le apareció el demonio de la carretera. Cayó al suelo y una de sus alforjas se rajó esparciendo los cientos de regalos y abalorios que llevaba en ellas. Comenzó a arrojar todo lo que estaba al alcance de su mano para tratar de ahuyentar al ángel negro… hasta que cojió una de las pequeñas campanas que llevaba y comenzó ha hacerla sonar…
No muy lejos de allí un para de motoristas que se contaban batallas a la luz de la hoguera oyeron aquel sonido, y extrañados fueron a ver que era… el rugir de sus motores y su presencia hicieron que el demonio de la carretera saliera huyendo. Como muestra de agradecimiento el viejo motorista cortó un par de tiras de su alforja rota y ató una campanilla a cada uno de sus salvadores en señal de agradecimiento y amistad, diciéndoles que a partir de ahora estarían protegidos de los demonios de la carretera…

…Dèjá vu tenía la extraña sensación de haber vivido esa historia en otro tiempo, quizás en otra vida. El caso es que ahora estaba tumbado boca arriba en la salida de aquella curva maldita, apenas podía moverse, y en sus manos tenía una pequeña campana negra que alguien le había traído desde los infiernos… Hizo un esfuerzo y abrió los ojos… pudo escuchar la sosegada respiración de su compañera… se incorporó y pudo ver la cunita de su pequeña… putos sueños… apenas recordaba lo soñado… llevaba meses planeando aquel viaje, la ruta mas revirada lejos de autovías y de áreas de servicio. Salió en silencio para no despertar a ninguno de sus hijos… para encontrarse con su amante de dos ruedas….
Ella siempre le estaba esperando sin ningún reproche, le gustaba imaginar que era una maquina del tiempo capaz de transportarle a cualquier lugar del mundo… sonaba y olía a libertad.
Dèjá vu se puso en marcha, le encantaba rodar en soledad y encontrar gente en el camino. Pero ese día cambiaría su suerte… por que detrás de una curva maldita le estaba esperando la muerte…
… Tras arrastrar varios metros quedó tumbado boca arriba en la carretera… una de sus alforjas se rajó esparciendo los regalos y abalorios que llevaba en ellas… entonces volvió aquella extraña sensación de haber vivido esa historia, en otro tiempo… en otra vida... Soñó… pensó o imagino que era una padre de familia… putos sueños… incluso le parecía escuchar la sosegada respiración de su compañera… vió la cunita de su pequeña y la cama de sus niños… era tan real la visión que hasta susurró sus nombres… Dèjá vu por mas que lo intentara no podía incorporarse y supo que jamás abriría los ojos… por que desde el infierno una campana negra le había puesto en las manos en Ángel Negro…




Prisionera, cansada y atrapada. Prisionera desde aquel maldito día en que robaron su cuerpo, apenas era una cría. Cansada de soportar su carga y atrapada de por vida entre las garras de aquel grasiento empresario… Todo lo que alcanzaba la vista, y seguramente mucho mas allá, era propiedad de aquel cabron: Gasolineras, áreas de servicios, restaurantes, cafeterías, burdeles, hoteles de carretera… todo absolutamente todo era suyo.

Atareada tras la barra, servía desayunos a familias que iban de paso, a viajeros solitarios, a camioneros ludópatas aficionados a los carajillos… y de más fauna rodadora. ¿Cuándo podré escapar de aquí?, se preguntaba cada segundo, ¿Cuándo?.
Un inconfundible sonido la hizo girarse tras la barra para mirar a través de la cristalera. Un motorista solitario se apeaba de su hierro y se dirigía al interior. ¡Joder!, se dijo, cuanto le gustaría escapar de allí sobre aquella maquina de dos ruedas; poner rumbo al viento y nunca mirar atrás. Sus miradas se cruzaron por un instante, como solo pueden mirarse dos almas solitarias y atormentadas…

-¡Hola!¡¿Qué le pongo?!.-pregunto ella con una hermosa sonrisa-
-¡Un café solo y negro! –contestó el-

Si por algún extraño encantamiento su moto pudiese transformarse en persona, tenía la seguridad que sería aquella mujer. Su pelo, su enorme sonrisa y su forma de moverse, le hacían desear rodar con ella hasta donde da la vuelta el viento.


¡¡¡PICHSSSSSSSSS!!!, el característico zumbido de un dieciocho ruedas al tirar del freno de manos y liberar el aire comprimido que llevaba dentro, resonó por toda el área de servicio. Acto seguido un camionero de camisa a cuadros, anchos hombros y barriga cervecera; se sentó en la barra junto al recién llegado motorista.

-¡Buenas días hermano motorista!-dijo mientras se sentaba a su lado-.
-¡Soy hijo único!.-contestó este visiblemente incomodado-.
-¡Valla parece que tenemos aquí a un tipo duro!¡No te cabrees tío, me refiero a que nos
Nos une la carretera! –mientras le daba unos golpecitos en la espalda-.



Le atravesó con la mirada queriéndole tumbar con ella, y al encendérsele la luz de alarma el camionero se dirigió a la chica de la barra:



-¡¡¡¿Cómo está mi putita favorita hoy?!!!. –dijo en voz alta-
-¡¿Qué te pongo?!. –pregunto ella con el mayor de los desprecio que era capaz-
-¡¡¡¡Me pones cachondo titi!!!¡¡¡JA.JA JAAAA!!!.-riéndose de su gracia- ¡Anda ponme
Un carajillo bien cargadito!.


Se lo bebió de un trago y se fue hacia la maquina traga perras que estaba a sus espaldas, y empezó a echar monedas. ¡Putos ludópatas!, pensó para si, la de kilómetros que podría hacer con esas monedas. El apenas tenía para pagar el café que se estaba tomando. La chica salió de detrás de la barra para recoger las mesas y al pasar entre el motorista y el camionero que le daba hostias a la maquina, esté fue a echar mano de la camarera. Si pensarlo el motorista giró sobre si mismo y cogió la mano del camionero, la llevó hasta su espalda luxandole la muñeca a la vez que con la otra mano agarraba su pelo y le ponía la cara contra el cristal…

-¡¡¡AHHHHHHH!!!-solo atinaba a decir el camionero mientras escuchaba las
Las campanitas, que no sabia si eran de la tragaperras o del dolor intenso-

-¡Pide perdón a la chica hijo de puta! –mientras apretaba aun mas su muñeca-

-¡Lo siento!¡Lo siento!¡No era mi intención!..¡Nos conocemos desde hace tiempo!¡Soy
Un buen cliente!...

La chica miró al motorista haciéndole señas de que le soltara. El camionero se fue de allí con el rabo entre las piernas:

-¡¿De veras conoces a ese tipo?!
- ¡A ese y a otros peores!-contestó ella.¡Es un capullo y se pasa cuando lleva mas de
Un carajillo encima!
-¿Hacia donde vas?- preguntó ella-
- ¡Me dirijo al Norte! –contestó el-
-¡Conozco a un tipo allí, algún día le haré una visita!.¡¿Vas algún lugar en concreto?.
-¡¿Algún lugar?!No simplemente lo más al Norte que pueda!.
-¡¿Hasta que se acabe el Norte?!
-¡Si supongo que si!.
-¡¿Sabes que es lo hay al final de el Norte?...!El Sur!¡¿No te contaron en la escuela
que el mundo era redondo?!- y una sonrisa se dibujo en sus hermosos labios-.
-¡Pues de el sur es de donde vengo!-contestó el sonriendo también-
-¡Pues allí es a donde vas!¡Otra vez al principio!.
-¡Si. Supongo que esta vida no es mas que una pescadilla atrapada condenada a
Morderse la cola!,
-¡Así es como me siento!- contestó ella con una oscura sombra en la cara- ¡Atrapada!.
-¡¿Qué te debo?!- pegunto mientras apuraba el café-.
-¡Nada!.
-¡¿Nada?!.¡Muchas gracias!.¡¿Sabes de algún sitio barato donde se pueda pasar la
La noche!.
-¡Bueno supongo que de algún modo tendré que pagarte el haberme librado de ese
Cabron!¡Aquí detrás hay un camino, y al final una cabaña!¡mi refugio!¡ Encontrarás la
llave debajo de una maceta que hay en la ventana!¡Podrás darte una ducha caliente,
comer algo y dormir en una cama de sabanas limpias!¡Detrás hay un pequeño
granero donde puedes esconder la moto!.
-¡¿Esconder la moto?! –preguntó extrañado-.
--¡¿Acaso nos vas huyendo?!- contestó ella-¡En cuanto acabe me reuniré contigo.

¿Cómo era posible que lo hubiese sabido?. La idea de una ducha caliente, y poder descansar bajo un techo le seducía tanto, como los andares de aquella hermosa y misteriosa mujer.
Así que se dirigió hasta el lugar. Guardó, o más bien escondió la moto en el granero, y entró en aquel refugio. Tras la reconfortante ducha y en una cama de sabanas limpias, se entregó al más profundo y reconfortante de los sueños…

Soñó que no tenía pasado, que estaba vestido solo con el alma. Soñó que era un trozo de viento, la pata de arranque, el puño derecho y el izquierdo, la palanca de cambios y los frenos. Pudo respirar cada sonido, cerrar los ojos y ver los olores, soltarse de manos y tocar el cielo. Soñó que se acerba a unos labios y bebía de su aliento, soñó que ese beso se lo llevaría incluso después de estar muerto…
… Abrió los ojos y sobre su pecho, descansaba desnuda la cenicienta de pelo suelto…Y se entregaron más allá de la pasión, hasta que se detuvo el tiempo.

-¡Llévame contigo!¡Sácame de aquí!. –le suplicó ella con los ojos inundados-.

-¡Te complicarías la vida a mi lado!¡Tendrías que andar huyendo el resto de tu vida!

-¡Eso es lo que quiero huir lejos de aquí!¡Y si es durante el resto de mi vida, mas tierra
de por medio habrá entre mis huesos y este maldito lugar!...



Realmente veía en sus ojos la necesidad de romper con todo, de dejar su pasado atrás. Podía intuir la desesperación hasta casi poderla tocar…


. -¡No te pido que cargues conmigo para la eternidad!¡Solo que me saques de aquí, y
una vez lejos, que cada uno sigua su camino! –el permanecía pensativo oyéndola-
¡Conozco a una persona lejos de aquí!¡Regenta La Taberna del Infierno!¡Podría
Conseguirnos papeles para ser legales!¡Y con ellos podría volver a mi tierra y sacar
a mi familia de la miseria!¡Llévame al menos hasta allí!.

-¡Pero se necesita mucha pasta para eso!- reprochó el-


De uno de los cajones de su mesilla de noche sacó una foto y se la enseñó. Al verla se quedó de piedra…

-¡Parece que hayas visto un fantasma!-comentó ella al ver su reacción-.

-¡Precisamente eso es lo es!.

-¡¿Le conoces?!-preguntó-

-¡Es la segunda vez que veo esa foto!.
-¡Este gordo cabron es mi carcelero!¡Dueño de todo lo que tu vista puede alcanzar!
¡Gasolineras, hoteles, burdeles, restaurantes!¡Inmobiliarias!¡Todo, hasta el camino que
Lleva a esta cabaña, es suyo! ¡Trafica con armas, drogas, incluso niños el muy hijo
Hijo de puta! ¡Políticos, jefes de policía, famosos… y peces gordos comen en la palma
de su mano!.

-¡¿Y es quien nos va prestar el dinero?!-preguntó el-.
-¡No!.¡Se lo vamos a robar!-contestó ella-.




Un vehiculo negro con las lunas traseras tintadas se detuvo en mitad de la noche. Apenas era capaz de desabrocharse el cinturón, debido a su barriga. Le costaba trabajo andar y mas aun subir escaleras. Pero que ¡cojones!, pensaba, era el precio que tenía que pagar por ser inmensamente, rico merecía la pena. Nadie mejor que él sabia que todo en esta vida tiene un precio, la cuestión solo estaba en dar con la cifra adecuada.

-¡Para el motor y espérame aquí!¡Tardaré un rato! –dijo al chofer-
-¡Si señor!-contestó respetuoso mientra pensaba cuanto tiempo sería un rato-.


Había cosas que tenía que hacer uno mismo y no podía dejarlo en manos de nadie. Esta era una de ellas. Pronto tendría el país en sus manos, pero para la jugada final necesitaba los CDS gravados clandestinamente en la habitación del que en breve sería el nuevo presidente. Esa era la cantidad exacta para tenerlo comprado de por vida… unas imágenes en un trozo de plástico tatuadas con láser. No se fiaba de nadie a la hora de abrir la caja, solo la que un día fuese su preferida sabia como hacerlo…¡Cuanto me gustaba aquella putita!, pensó para sus adentros,¡lastima que dejara de ser niña!.

El plan era fácil: Entrar en su despacho, tomar una copa de ese caro coñac francés que tanto le gustaba, recoger los discos comprometedores, la pasta de la recaudación del mes y una vez bien cerrada la caja llamar al chofer para que cargase con el peso de la bolsa.
Al llegar vio que la puerta estaba entreabierta, sacó su pistola por precaución, como solía hacer en más de una ocasión, entró en su lujoso despacho y encendió la luz…

-¡Valla, valla!¡Parece que hay una plaga de ratas! …

En el interior un tipo de viejas botas y chupa de gastado cuero, trasteaba en la caja junto a una hermosa mujer…


-¡Hija de puta!- dijo el gordo con la respiración entrecortada mientras ponía en la sien del hombre el cañón de su pistola- ¡Debí de haberte matado la primera vez que te
follé!¡¿No te acuerdas putita?!¡Apenas eras una niña!.

Se quedó paralizada y llena de dolor. En unos segundos sus recuerdos transformados en miles de fantasmas negros, le apuñalaron desde sus adentros.
Mientras apuntaba al motorista, desvió su mirada para recrearse en las sombras que se dibujaban en aquella hermosa cara. ¡Ese era el momento!, aprovechando esa distracción, el motorista agarró el cañón del arma con sus manos y ambos cayeron al suelo. Ella saliendo del momentáneo coma en el que había caído extrañamente, golpeo la cabeza de aquel cabron con la botella de ese caro coñac francés que tanto le gustaba… al tiempo que un disparo sordo cortó el aire por la mitad en la estancia…

-¡Joder! –dijo ella-¡Nos lo hemos cargao!.
-¡No te preocupes por el, solo es un hijo de puta menos!.

Cogieron todo lo que había en el interior de la caja y salieron tronando de allí como si les persiguiese el mismísimo diablo…




Aquello debía de ser una conspiración en toda regla. Primero el engorroso incidente del líder de la banda asesinado en su guarida, y ahora había saltado la alarma en todas las cadenas del país esta terrible noticia. Alguien muy poderoso debía estar detrás de todo aquello. Su castillo de naipes se le venía abajo y tendría que estar preparado para lo peor…

-¡La pasada madrugada ha sido hallado asesinado el empresario mas relevante del
País!...¡Fuentes policiales confirman que el móvil ha sido el robo, al encontrase la caja
Fuerte desvalijada y evidentes signos de violencia en el lugar!¡La policía sospecha de
peligrosa banda de motoristas, que fueron vistos por el chofer de dicho empresario
alejándose de la escena del crimen!¡Políticos, dirigentes y ciudadanos han condenado
el acto nada mas saltar la noticia!...


-¡Una pena ha sido, una verdadera pena, espero y deseo que el peso de la Justicia
Caiga sobre ellos!....Comentaba el candidato a la presidencia visiblemente afectado.


¿Qué va a ocurrir ahora? Se peguntaba desconcertado al verse a si mismo hacer esas declaraciones en el noticiario. Alguien ha debido de tirar una piedra al estanque y sus hondas pronto llegarían has él, solo era cuestión de tiempo. Seguramente vendrían a por el, pero no debía alarmarse, y mucho menos mostrar en publico su inseguridad. En realidad no tenía nada que ver con las muertes de aquellos sujetos, seguramente seria un ajuste de cuentas debido a los turbios negocios en los que siempre estuvo metido aquel gordo cabron.

¡¡NO!!, no debía preocuparse de nada, al fin y al cabo las fuerzas de seguridad del estado estaban de su parte. Y pronto, muy pronto tendría todo el poder en sus manos.

A pesar de sus razonamientos aquella noticia no dejaba de inquietarle como si fuese un infinito dolor de muelas. ¡¡Si!!, quizás solo fuera eso, un jodido dolor de muelas. Tomó varios tranquilizantes. Mañana le esperaba un gran día, comparecería en el programa nacional de máxima audiencia, para que le bombardearan a preguntas; pero estaba preparado; además debía aparentar tranquilidad y tener buen aspecto. Necesitaba dormir… mañana será otro día… y se entregó al falso sueño de los somníferos.





Siempre tuvo la sensación de que las gasolineras eran pequeños oasis en mitad del desierto. Podías encontrar casi de todo, cables de arranque, algo de comer o beber, pilas de todos los tamaños, un casco, alguna prenda de abrigo, la prensa diaria, café, pan…podían ser casi de todo desde un lugar donde poder lavarse, afeitarse; hasta pasar una fría noche en compañía si el gasolinero se enrollaba.

-¡Tengo la raja del culo borrada!-dijo ella-

Sin decir nada, el cogió la manta de lana y la enrollo atándola al guardabarros para que le sirviera a modo de asiento.

-¡Así estarás mas cómoda!.
-¡¿Qué vamos hacer?!-preguntó-
-¡Llenar el deposito, descansar un poco mientras tomamos café y rodar durante toda
la noche!-contestó el-

Descansaron durante media hora, que les sirvió para atiborrarse de cafés y quemar algún que otro cigarrillo. Parecía increíble lo que podía reparar un descanso en el camino…Un pitillo… una pequeña avería… un encuentro inesperado… En ocasiones imaginaba un inacabable depósito para no tener que detenerse tan a menudo, pero estaba convencido de que las motos estaban secretamente diseñadas para tener que parar y encontrar esos buenos momentos que nos tiene reservado el destino.

No tenían ni idea de lo que les esperaba mas allá de la siguiente curva, y tampoco parecía importarles. El simple hecho de estar juntos les hacia bien, él se sentía acompañado y ella cada vez más libre de sus cadenas. Así que a seguir rodando, al menos mientras hubiese carretera…


Con las primeras luces del día entraron en los extrarradios de la ciudad, naves industriales les indicaban que estaban llegando a su destino. Mientras se leía las vallas publicitarias para no quedarse dormido, un pequeño cartel le llamó poderosamente la atención: CUSTOM TOWN… Se frotó los ojos para comprobar que estaba despierto y como si un gigantesco electroimán recién activado tirarse de, el se dirigió hasta el lugar.

Una pequeña nave con la fachada de madera y el nombre tatuado a fuego sobre la puerta, les daba la bienvenida con los brazos abiertos. Un biker de los de antes de melena enmarañada y generosa barba, les salió al encuentro. Miró la maquina detenidamente, mientras asentía con la cabeza y dijo:


-¡Esto si que es un hierro, y no esa mierda empetada de electrónica que ahora se
está vendiendo!.
-¡Buenos días compañero! –Saludó amablemente-¡¿Crees que podrías darle un
Repaso?!.
-¡¿Un repaso?!¡Sería capaz de matar a mi madre por quedarme con ella!-y rieron
Todos por el comentario-¡¿Un café?...
Pasaron al interior del taller. El olor a hierro recalentado y gasolina inundaba cada rincón. Los bancos de trabajo con proyectos inacabados, el sonido de un martillo golpeando la chapa, de una radial cortando, de la rueda inglesa y del compresor de aire, era puro rock and roll para sus oidos… Una puerta de madera acristalada ponía algo de intimidad, entre la zona de trabajo y ellos:

-¡Bueno!¡¿Y que vamos hacer con esa preciosidad?!-preguntó el afable biker
Mientras les servia café-¡A la estética ni le toques tío!¡Joder si es que le sienta
bien hasta el polvo del camino!.
-¡Me gustaría ponerla para poder seguir rodando los próximos 20 años!-contestó
él orgulloso de su maquina-¡Cambiar cubiertas, renovar la primaria y secundaria,
plato y piñones nuevos, engrase, frenos, radiar las llantas, cambiar embrague…!
¡En fin, un repaso!.
-¡Sin problemas!¡El caso es que esto nos llevará varias semanas!¡Y no por que no
Tenga ganas de meter mano a esta preciosidad, si no por el tema de las piezas!
¡Ya sabes estos tiestos están descatalogados y tendré que echar mano de mis
contactos!.
-¡No hay pegas, disfrutaremos de la ciudad por algún tiempo!¡¿Tendrás suficiente
con esto para empezar?! –mientras le daba un sobre unos cuantos billetes de
color morado-.
-¡Con esto hay para comprar la nave con sus empleados dentro!.¡JA; JA; JA!.

…Y ya está, sin contratos, sin preguntas engorrosas; simplemente un apretón de manos como se sella un pacto entre caballeros.

-¡¿Podrías llamarnos a un taxi?!.
-¡Un taxi y al puto séptimo de caballería si hiciera falta!.


Vació las alforjas, desató la pesada bolsa con la pasta, la manta que había servido de asiento a su compañera y le indicaron al taxista que les llevase al mejor hotel de la ciudad.



El jefe de recepción miraba con ojo inquisidor a aquella extraña pareja. A lo largo de sus años había visto casi de todo, tras el mostrador. Pero aquellos personajes enfundados en cuero negro y vaqueros gastados, no iban con el entorno del lujoso vestíbulo que les daba la bienvenida…

-¡Queremos la mejor habitación que tenga disponible!-dijo ella-

-¡Disculpen mi atrevimiento!-dijo cortésmente el recepcionista-
¡¿Están seguros de no haberse equivocado de hotel?!.

-¡Estoy seguro que no! –contesto él con la misma educación-¡Es mas pienso
Que el que se esta equivocando es Ud.!.

-¡¿Estarán mucho tiempo los señores?! – dijo el inquisidor con el mismo tono-.

-¡Pues esto será nuestra casa durante algunas semanas!¡Así que
Intentaremos llevarnos bien!.


-¡Me da su documentación para hacer el registro!.

Pues ya la hemos jodio pensó el, mientras miraba interrogante a su compañera. Ella adivinando su pregunta tomó del brazo al receloso recepcionista, lo llevó un poco apartado de su compañero y con la sonrisa mas cautivadora que pudo poner le dijo:


-¡Mire Ud. Sr. Recepcionista, soy inmensamente rica y estoy viajando de
Incógnito con este amigo tan especial!¡Cree Ud. Que con esta documentación
es suficiente para registrarnos? –mientras le entregaba un sobre con pasta-

-¡Creo que es suficiente!¡Pero disculpe Ud. Mi osadía señorita si le pregunto que
Nombre pongo en el registro!.

-¡Seguro que se le ocurre alguno! –contestó ella mientras cogía la llave de su
Habitación para dirigirse a ella-

-¡¡¡Bienvenidos a nuestro hotel Señores de Rodríguez, deseo que su estancia
Les sea lo mas grata posible!.

-¡JA, JA, JA! –rió él si poder evitarlo al tiempo que se encaminaban hacia el
Ascensor seguidos por el botones-¡¿Señores de Rodríguez?!-¡Que original!.


Al llegar a su habitación, aparte del desmesurado lujo del entorno, les llamó la atención ver al final del pasillo dos guardaespaldas custodiando una puerta. Una vez dentro peguntaron al botones:

-¡Chico!¡Que hacen esos dos hay quietos como si fueran estatuas!.

-¡¿No lo sabéis?!¡Esa es la habitación del candidato a la presidencia,
Se aloja en el hotel !¡y esos son sus guardaespaldas!.

-¡Gracias chico!¡Haz que nos suban un suculento desayuno!.


Después del merecido desayuno, un baño en el jacuzzi con botella de champán incluido y los juegos amorosos pasados por agua, esparcieron el contenido del botín sobre la cama. No sabrían decir, ni tan siquiera eran capaces de contar la exagerada cantidad de dinero que había allí. Lo único que si sabían era lo fácil que era gastarlo, y la cantidad de puertas que se podían abrir con una insignificante parte de el.
Revuelto entre los fajos algo les llamó la atención:

-¡Hay dos discos entre la pasta!-comentó ella-

¡¿Que imágenes valiosas debían de ser aquellas, para estar tan celosamente guardadas?!. Llamados por la curiosidad insertaron uno de los discos en el reproductor de su habitación.
No dieron crédito a sus ojos. No hacia falta realizar las pruebas de ADN para saber que aquellos jovencitos de piel morena eran menores. Podía verse claramente como aquel que llamaban “El Salvador”, desde todos los noticiarios, esparcía cocaína sobre el miembro de uno de los jóvenes. Mientras daba buena cuenta de ella, era penetrado por el otro joven.
Ambos tuvieron suficiente con el principio de aquellas imágenes, y no fueron capaces de ver el resto. Luego comprobaron el otro disco, que simplemente era una copia del anterior.
¡¡¡Hijo de puta!!!, pensó el. ¡¿Y este es quien nos llevara a la nueva era que tanto pregona?!¡¿Este es el nuevo Mesías, el salvador, el que se gasta el dinero público en niños y cocaína?!. Solo tendría que andar unos metros hasta el final del pasillo para retorcer el cuello a aquel individuo. Seguramente esa hubiese sido la mejor acción de su vida… arrancarle el último aliento a ese mal nacido. Sintió ganas de llorar... de llorar amargamente hasta quedarse sin lagrimas… de vengar las infancias truncadas por aquella mano… de bailar sobre su cadáver con la cabellera recién arrancada…


-¡Joder! –dijo ella arrancándole de sus mas oscuros pensamientos- ¡Esto
Es una bomba!.


-¡Si!.¡Una bomba que le va estallar en sus propias manos!.

Tomó uno de los discos, lo introdujo en un sobre y escribió: “Sr. Candidato”. Salió al pasillo mientras ella le peguntaba:

-¡¿Que vas hacer?!

-¡Tirar una piedra al estanque!.




Aprovechando que todos, incluidos los guardaespaldas, se encontraban en el Halls del hotel aclamando a su dios con pies de barro; caminó al final del pasillo donde apenas una horas antes dos matones con trajes caros, custodiaban la habitación. Y allí introdujo el sobre con el contenido de las imágenes por la rendija de la puerta… Ahora solo quedaba esperar…






La sala de reuniones era un hormiguero, allí estaban todos los periodistas mejor acreditados del país. Todas las televisiones nacionales e internacionales. Defensores y detractores, miembros de su partido y rivales. La expectación se venía mascando en el ambiente desde los días previos a la rueda de prensa. Eran muchas las esperanzas puestas en aquel candidato. Muchos le aclamaban como “El Salvador”, para aquellos difíciles tiempos que se estaban viviendo.
Y allí estaba él con su mejor aspecto, con la sonrisa del ganador, con la mueca en la cara de saberse un ganador. A pesar de no haber descanso lo suficiente durante la noche previa…

-¡Antes de comenzar! –dijo con la mejor voz que podía poner- ¡Quiero dar las
gracias a todos los presentes!¡A los profesionales de prensa!¡A los amigos y
rivales!¡Por que gracias a todos los que hoy os habéis reunido aquí, y a los
que están tras las pantalla, hacen posible que se abra la puerta de la
esperanza!.¡ Para de una vez por todas mirar al futuro cara a cara sin
temor, si no con la ilusión de entrar en “La nueva Era”!¡La era del bienestar
para todos los ciudadanos de bien!...


La sala estalló en un multitudinario aplauso, en la que todos los presentes con la sonrisa en los labios y los corazones inundados, creían ver la luz al final del angosto túnel. Y todo aquel gozo estaba en las manos de aquel hombre.


-¡Sr. Candidato!¡¿Una vez asumida la presidencia, cual será su prioridad?!.

-¡En primer lugar quiero darle las gracias por su optimismo!¡Para asumir la
presidencia como Ud. Dice, primero hay que dejar que los ciudadanos
hablen en las urnas!.¡Pero de todas formas, bien desde la presidencia, o
desde el último peldaño de la oposición, sin lugar a dudas una de las
prioridades será la lucha encarnizada contra la corrupción que ha llevado
al país a la ruina!¡No podemos, ni debemos tolerar; que mientras nuestros
semejantes no tengan para dar de comer a sus hijos, tener una
vivienda digna, una seguridad social sin listas de espera, y un mínimo de
de bienestar social a los que todos tenemos derechos…!¡Repito! ¡No
podemos ni debemos tolerar, que nuestros dirigentes se gasten el dinero
publico para satisfacer sus necesidades!¡Y me entregaré a esa lucha en
cuerpo y alma como si en ello me fuera la vida!¡Y lo haré si mirar al partido
o familia a la que pertenezcan!.¡Sin miramientos y siempre dentro de la
Ley!¡Sin descanso!...

La sala volvió a romper sus palabras en aplausos. La corrupción que durante los últimos tiempos había llevado al país al borde de la pobreza, incluso a las familias de clase media. La desorbitada subida de impuestos para cubrir los excesivos gastos. El aumento de desempleo, la falta de liquidez de los bancos, el abuso desmesurado de políticos y empresarios, y el descontento colectivo; habían generado una situación insostenible y generalizada que amenazaba los mismísimos cimientos del país.

-¡Señor Candidato!.¡¿Es cierto que es Ud. Amante de las armas de fuego?!


-¡Este tema quiero dejarlo claro! –respondió- ¡Es la mano que empuña
el arma, la que mata!.¡¿Quién es el asesino?!¡¿El que usa su escopeta de
caza para dar de comer a su hambrienta familia?!¿O el que lo hace para
matar a su vecino?!.¡No no soy amante de las armas!¡Soy coleccionista de
Armas!¡Afición que heredé de mi padre!¡Mi único trato con ellas es
admirarlas, limpiarlas y engrasarlas para devolverlas a sus vitrinas!
¡Es mas nunca he disparado un arma!...¡Y si en alguna ocasión tuviese
que dispararla, podéis estar seguro que sería por una grave causa!

… Y así transcurrió la mañana, bombardeado a preguntas antes todos sus seguidores y detractores. Contestando con brillantez y contundencia sin eludir ningún tema. Sintiéndose querido y aclamado como El Salvador, como un nuevo Mesías… como un nuevo Dios.



…Había hecho una promesa desde lo más profundo de sus adentros, aunque dejase su vida en el empeño. ¿A caso no se estaba consumiendo en la miseria?. Cansada del hambre, de ver a padres y hermanos luchar contra el desaliento. De vagar por las calles descalza, de mendigar un trozo de pan, de verle la cara a la muerte en sus calle y de oler una bolsa de pegamento.

Si, había hecho un juramento… y ahora estaba allí… en el puerto, escondida en un contenedor para cruzar el océano inmenso. Decían que al otro lado el sol dolía en la cara porque brillaba intenso. Y ahora estaba de camino, deseando llegar a la otra orilla, para inundarse de riquezas y sacar de la pobreza a su pueblo.

Había pasado el tiempo pero recordaba al detalle, el día que desembarcó y tuvo aquel encuentro. Sin rumbo alguno, buscando un poco de descanso en sus húmedos huesos, se sentó junto a una puerta de frío hierro. Cerró los ojos y justo antes de quedarse dormida, la puerta se abrió y ella cayó de espaldas dentro. Un pequeño hombrecillo de gruesas gafas se sorprendió de ver a la
pequeña y la hizo pasar al interior. Era una especie de bar, las sillas descansaban sobre las mesas, cuadros de hermosas diablillas ligeras de ropa adornaban todo el local, un pequeño y coqueto escenario al fondo, y una larga barra. Había algunos reservados, todo ello adornado de velas y luces de colores, que estaban apagadas. Olía a limpio y la tenue luz mañanera se colaba por las ventanas que custodiaban la puerta…

-¡Bienvenida a La Taberna del Infierno! –dijo el hombrecillo con voz suave-
¡¿Qué te trajo hasta aquí pequeña?!.


En realidad era un bar de ambiente gay, en el que se daban cita los mas elegante y selecto de la ciudad. Ricos empresarios, padres de familias de gustos escondidos, famosos y demás fauna nocturna ansiosos de diversión. El escenario servia para las actuaciones más variadas, desde un streptease, tanto masculino como femenino, a un lésbico. Desde un cantautor a un cuadro flamenco. Desde un cómico a una imitación folklórica, pasando por play back al mas puro estilo Drag Queen.

El hombrecillo de gruesas gafas propietario del lugar, se apiadó de la pequeña cuando le contó su historia de hambre y miseria. Y en cierto modo la tomo como hija adoptiva. Su valor y su coraje a pesar de ser poco mas que una niña, le hacia ver en ella la gran mujer en que se convertía algún día; y que él nunca podría llegar a ser por haber tenido la mala fortuna de nacer en el interior del cuerpo de un hombre.

Compartieron buenos tiempos, ayudaba a maquillar a las diablillas del club, a preparar espectáculos y llenar el espíritu maternal de aquel hombre. Pero siempre con la idea fija de reunir el dinero suficiente, para volver a su tierra y sacar a su familia de la pobreza.

Mucho había llovido desde la mañana de aquel primer encuentro. Mucho habían cambiado las cosas, desde que aquel rico y gordo cabron se encaprichara con ella. Trató incluso de comprársela a quien durante aquellos años le había servido de madre y padre a la vez. Y un mal día cegado por el deseo, mando a sus matones al lugar. Destrozaron cuanto les salía al paso y tras dar una paliza, que casi le cuesta la vida al pobre hombrecillo, se la llevaron de allí a la fuerza.

Ahora al cabo de los años otra vez se hallaba frente a la misma puerta, creía recordarla mas grande. Era de mañana y el local estaba cerrado, llamó con ansia, como si al otro lado del umbral estuviesen los recuerdos de un pasado, esperando para ser recuperados. Un pequeño hombrecillo de ojos tristes, tras gruesas gafas, les dio la bienvenida:


-¡Bienvenidos a La Taberna del Infierno!...

No puede ser, pensó el desconcertado, detrás de aquellos hermosos ojos estaba su pequeña. No puede ser, pensó ella, detrás de aquellas gruesas gafas estaba los mejor de sus recuerdos.


-¡Pequeña! ¡Mi pequeña! ¡bendito día que llegaste a mi!.

La tomó de la mano y la llevó a su cuarto. Todo permanecía intacto como si se hubiese detenido el tiempo. Y ella regresó al bendito mundo de los recuerdos.



-¡Y maldito el día que te arrancaron de mi!¡Pero cuéntame pequeña!¡¿Qué te trajo
Aquí?!.

-¡Conseguí escapar de mi carcelero y ahora necesitamos papeles para irnos lejos!.

-¡¿Para volver a casa?!Siempre supe que volverías, que era solo cuestión de tiempo
Y que cumplirías tu promesa de sacar a tu gente de la miseria!

-¡Han pasado largos años desde que entré por primera vez en esta casa, mi casa,
apenas se nada de mi tierra, de mi gente, pero se que el hambre y la miseria
siguen allí. Y aunque me deje la vida en el intento volveré!.

-¡¿Tuvisteis algo que ver con la muerte del gordo cabron que te arrancó de mi?!.
¡No pongas esa cara de sorpresa!-le dijo a ver su asombro-¡El empresario mas
Importante del país asesinado en su despacho!¡Salió en todos los noticiarios!.

-¡Fue un accidente, apareció en el momento menos oportuno cuando le robábamos
su dinero!.-dijo ella avergonzada como si hubiese sido una travesura-

-¡No te apures pequeña, ese hijo de puta esta mejor muerto!¡De haber tenido el valor
suficiente yo mismo le habría quitado de en medio con mis propias manos!.

-¡Ahora tenemos mucha pasta!¡¿Cuánta necesitas para hacernos los papeles?!

-¡¿Pasta?!¡No pequeña eso no tiene precio, el poder abrazarte de nuevo tiene mas
Valor que todo el oro del mundo! – y volvieron a fundirse en un abrazo-

-¡Acepta entonces este regalo!-mientras le daba un CD- ¡Son imágenes en las que se
pueden ver a un importante político jugar con jovencitos!¡Creo que sabrás que hacer
con ellas!.

-¡Hijo de puta! –exclamó al ver la imágenes-¡Este cabron vino en una ocasión por
aquí!¡Venia acompañado de tu carcelero y me presionaron para formar parte de su
red!¡Me negué rotundamente y unos días después destrozaron el local y me
enviaron varios meses al hospital!¡Las heridas las pude superar, pero nunca superé
que te arrancara de mi! –las lagrimas caían silenciosas por sus mejillas reviviendo
aquel intenso dolor- ¡¿Hay alguna copia?! –pregunto una vez recuperado-


-¡Hay otra copia! –comento el motorista que hasta el momento había permanecido en
silencio-¡Aprovechando que estamos alojados en el mismo hotel se la envié a su
habitación! .

-¡Pues habéis firmado su sentencia de muerte!¡No os preocupéis que sabré que hacer
con esto!¡En cuanto tenga vuestra documentación os la haré llegar!¡Gracias pequeña,
gracias por llegar hasta a mi, puede que ahora se haga justicia!.




Estaba preparado para todo, para todo menos para esto. Aquel hijo de puta proporcionador de placeres, le había estado engañando durante tantos años. Le había estado observando como un gran ojo que todo lo ve. De hay su influencia y su poder, ¿Cómo se le podía haber pasado por alto esto?. En ningún momento sospechó que podrían violar su intimidad. Su propia imagen mientras esparcía cocina en el pene de uno de los jovencitos, le golpeaba la cabeza una y otra vez. ¡Estaba perdido!. Pronto la imágenes se correrían por la red, por los noticiarios… como un reguero de pólvora…

Tomó de la vitrina su pieza mas querida, un viejo colt del 45 con la que tantas veces había jugado a ser el sheriff, y que en más de una ocasión había participado en sus nocturnos juegos. Se sentó tras la mesa del despacho, se sirvió una copa de ese caro coñac francés y la apuró de un trago. Llevó el arma hasta su pecho y apretó el gatillo, así de rápido, así de fácil, así de sencillo… …La negra oscuridad inundo sus adentros sin dejar un solo resquicio de luz…




El ir y venir era interminable, gigantes de dieciocho ruedas cargados con containers, enormes grúas apilándolo todo en las descomunales bodegas. Y gentes, gentes con y sin rostro de todos los lugares. Como un infinito hormiguero en plena actividad. Un hormiguero de almas perdidas, en la que cada uno busca no se sabe ¡Que!. Para unos simplemente era su actividad diaria, su rutina, para otros toda una vida… un punto de llegada, o quizás un punto de partida…
…Para ella el pasaje a un lugar lejano, la vuelta a lo que quedara de su tierra.

La despedida de aquel extraño y solitario hombre, le había helado el corazón. Pero cada uno debía seguir su camino. El Puerto comenzaba a alejarse y allí quedaban el frenético trajín portuario.

Bajó a su lujoso camarote y recordó su viaje de ida, escondida en una barca salvavidas de la que solo salía para robar algo de comida. Ahora todo era distinto, podía pasear por el barco vestida de gran dama… ¿Es que acaso no le era?... podía pedir que le trajesen el desayuno a su camarote sin tener que mendigar nada, o tomar una copa en cubierta… ¡Si! Ahora era el viaje de vuelta…¡Había cumplido su promesa!...

En la pantalla de su habitación daban las noticias:

-¡Esta mañana el País ha despertado conmocionado!¡El candidato a la presidencia,
Ha sido hallado muerto en su despacho!¡Al parecer mientras limpiaba una de las
armas de su colección; afición conocida por todos y de la que era un gran
apasionado por su valor histórico; esta se disparó accidentalmente causándole la
muerte en el acto!¡Muere con el las esperanzas de millones de seguidores que lloran
su repentina perdida!...



…La piedra tirada al estanque había removido sus aguas hasta la orilla. La orilla había agitado los árboles. Los árboles habían agitado al viento y el viento removido el cielo y la tierra. La justicia humana o divina había hablado…



…Otra vez sonaba el rock & roll. A golpe de martillo y radial. Tras la puerta de madera acristalada que separaba la zona de trabajo, apuraba su primer café. Curioso tipo, dijo para si mismo, posiblemente fuera de esa raza en peligro de extinción. Esa raza capaz de dar lo mucho o lo poco que tuviese, dependiendo del momento, por un rato de charla con un desconocido. Un tipo sin prisas, sin raíces, sin un lugar determinado a donde ir… solo hasta donde le llevasen la línea blanca de la carretera. ¿Qué habrá sido de su hermosa compañera?, a saber…Hacia tiempo que no veía tatuado en un rostro la marca del viento, apenas cruzaron unas palabras el día que dejó su moto y otras tantas hace unos minutos al llevarse su precioso hierro. Pero no hacían falta más para descubrir esa complicidad que une a los de una misma especie. En los años que llevaba en el negocio se había encontrado casi de todo, desde pijos disfrazados de malotes, hasta el mas autentico. Aunque de estos últimos comenzaban a ser casi piezas de museo, junto con sus monturas. Recordó el día que uno de sus clientes, perteneciente al club de los nuevos ricos, le sugirió la idea de limpiar el local y poner batas blancas a los empleados… tuvo que fingir estar indispuesto para no meterle los “cola de pez” por el culo a aquel capullo. Seguramente de hay vendría la expresión: “¡Que te folle un pez”. ¡Gilipollas!, sentía mas respeto por esos viejos Bikers que andaban en sus mobilletes cargados hasta las trancas para sacar a la familia adelante; que por esos pijos redomados que en vez de una maquina tragamillas parecían haber comprado un mueble del puto Luis XVI. Seguramente pensarían que eso era vieja escuela y por eso la guardaban tras una urna de cristal… pero ¡y lo que vacilaban a los colegas con esa moto a pesar de tener las ruedas cuadradas!. ¡AH!¡Como esta el mundo!, se decía para sus adentros mientras encendía la tele de sus acogedora oficina para oír las noticias…



-¡La unidad de delitos informáticos analizan las imágenes difundidas en la red,
en las que presuntamente aparece el candidato a la presidencia fallecido
accidentalmente!¡Las autoridades han retirado de la circulación dichas
imágenes, que vinculaban al tristemente desaparecido político con una red de
trafico de drogas y prostitución de menores! ¡ sus detractores afirman
la autenticidad de dichas imágenes, considerando que estas pudieron llevar al
suicidio al llamado “El Salvador”; y no a la muerte accidental!¡La Unidad de
delitos informáticos, no descartan ninguna posibilidad hasta que concluya la
investigación!...




Otra vez se había perdido por los rincones de un sueño. Por carreteras secundarias. Otra vez el alma se le fue detrás de sus pisadas, siguiendo el eco de sus pasos con la mirada. Otra vez en mitad de un cruce de caminos. Rumbo al Norte, o quizás al sur. Tal vez fuese en busca del pueblo de Pepito Barrendero… o a las puertas del infierno para pedir su negra campana al puto Ángel Negro, quizás solo fuera una ave nómada del viento… Otra vez sin rumbo ni destino, otra vez solo y contra corriente, frente a su eterna compañera, la que nunca se doblega…otra vez su infatigable compañera… la carretera…
… como si se lo hubiese tragado la tierra, rodando solo, rodando libre… desapareció tras la niebla…FIN...




Este relato nacio fruto de los malos tiempos que corren y el amor por las dos ruedas.

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